Las aduanas empezaban su proceso de renovación y cambio a principios de la presente década. La reforma dio sus primeros pasos de forma prácticamente global en la mayor parte de los países y regiones. Aun asentándose esta evolución y todavía con una actividad incierta y volátil, la situación sanitaria motivó la acentuación de otros factores que hicieron más complejo, si cabe, el funcionamiento propio de las administraciones y operadores, poniendo sobre la mesa desafíos y retos que plantean un escenario futuro abanderado por las nuevas tecnologías.
Las instituciones públicas y Gobiernos emprendieron en su momento la renovación aduanera, motivados por los cambios propios fruto de la globalización. Uno de los principales objetivos estaba en la búsqueda de una mayor transparencia y agilidad en el desempeño de sus funciones, así como su labor en el ámbito de la empresa privada.
La crisis sanitaria provocada por el Covid-19 ha potenciado y visibilizado un hecho que forma parte de una patente realidad que impera en prácticamente todos los sectores sociales y económicos. El aumento considerable de las transacciones de comercio electrónico también ha requerido de un mayor esfuerzo en el control aduanero. Pero el ecommerce no es un sector fácil para la vigilancia aduanera. Desde hace algunos años, su crecimiento es imparable, la adaptación de procedimientos y procesos resulta complicada y lenta de aplicar, pero se hace exigente y urgente para que el comercio sea más fluido y que las aduanas no sean un punto de fricción para el sector del transporte de mercancías.
El pasado año, el Centro de Investigación de la Comisión Europea publicó los resultados de un proyecto de prospectiva que pretende plantear cómo podría ser el mundo para 2040 y cómo los responsables políticos, y partes interesadas, pueden tomar medidas ahora para garantizar el área aduanera de la Unión Europea, con el fin de que ésta siga favoreciendo a los ciudadanos, el medio ambiente y la economía.
En este reporte se recomienda armonizar los sistemas informáticos para que las operaciones aduaneras funcionen de forma eficiente; aprovechar los avances tecnológicos; garantizar competencias digitales adecuadas en todos los Estados miembros de la UE; y crear una estructura conjunta para gestionar esta Unión Aduanera.
Todas las medidas son muy ambiciosas, por lo que se explica que deberían ser llevadas a cabo hasta 2025, con el fin de que sean funcionales en el 2040.
Modernización de los controles fronterizos
La digitalización plantea nuevas oportunidades para las mercancías que cruzan las fronteras de la Unión Europea. Aduanas y autoridades deben convertirse en un único jugador, con enfoque integral para potenciar el comercio seguro y ágil.
El primer paso que se quiere dar para simplificar y modernizar las aduanas, es la eliminación de cualquier soporte en papel, digitalizando así todos los procesos burocráticos. Esto permitiría mejorar la cooperación y coordinación de las autoridades, facilitando la verificación automática de todos los trámites aduaneros.
El camino a la facilitación del comercio, es una propuesta de la Comisión Europea más conocido como entorno de ventanilla única para las aduanas de la UE, diseñado para proporcionar un intercambio más rápido y eficiente de datos electrónicos entre las diferentes autoridades gubernamentales involucradas en el despacho de mercancías en la frontera.
Las formalidades requeridas en las fronteras exteriores de la UE a menudo involucran a muchas autoridades diferentes. Como resultado, las empresas deben enviar información a varios organismos diferentes, con procedimientos distintos. Esto requiere mucho tiempo, dificulta todos los trámites y reduce la capacidad de las propias autoridades para actuar de manera conjunta y proteger los intercambios de cualquier riesgo.
Esta propuesta es el primer paso en la creación de un marco digital para una mayor cooperación entre todas las autoridades fronterizas, a través de una ventanilla única que permitirá proporcionar a empresas y comerciantes los datos necesarios a través de un único portal reduciendo así la duplicación, el tiempo y los costes.
Las autoridades aduaneras y otras instituciones podrán utilizar estos datos, lo que permitirá un enfoque coordinado del propio despacho de mercancías y una visión general más clara de las mercancías que entran o salen de la UE.
El futuro de las operaciones fronterizas se orienta hacia la aduana virtual, un espacio donde se daría un intercambio fluido de información, donde la presencia física de la mercancía podría dejar de ser imprescindible y las transacciones lo requieren; y que toda la documentación que se origine en el proceso esté vehiculizada fundamentalmente a través de medios electrónicos.
Con un volumen cada vez mayor en este tipo de comercio, y con más amenazas surgidas y visibles en estos últimos tiempos, mejorar los controles aduaneros parece la única vía de desarrollo hacia una aduana del mañana más fluida, segura y transparente.